La ciudad de Himeji puede pasar desapercibida en un primer viaje a Japón, pero para los amantes de los castillos es una importante referencia pues en esta tranquila localidad de poco más de medio millón de habitantes se levanta sobre una colina el Castillo de Himeji. Aquí te dejo algunas de las razones por las que deberías incluir Himeji-jo en tu lista de imprescindibles de Japón.

1- El Castillo de Himeji es una rara avis entre los cientos de castillos que hay en Japón. Y, en este caso, la elección de esta expresión no es gratuita como podréis comprobar en el siguiente punto. El hecho diferencial es que es el único castillo japonés que la Unesco ha inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial.

Lo hizo en 1993 debido a que «es la más perfecta expresión arquitectónica de un castillo japonés de comienzos del siglo XVII«. Es una obra maestra de la arquitectura en madera y el conjunto lo forman 83 construcciones. Anteriormente, en el año 1933, Japón había designado el castillo como tesoro nacional.
2- Debido a la elegancia de sus formas y a la singular manera en que sus tres torres se yerguen sobre la colina y, muy especialmente, al color blanco de sus muros, el Castillo de Himeji se ha ganado el sobrenombre de ‘El Castillo de la Garza Blanca’, Shirasagi-jo en japonés.

3- El Castillo de Himeji ha conservado de una manera excepcional su aspecto original ya que sobrevivió intacto a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y no ha sido afectado por los terremotos.
No obstante, sí ha sufrido algunas modificaciones a lo largo de los siglos. Así, al inicio de la era Meiji en 1868, las casas de los samurai fueron sustituidas por edificios militares. Además, un incendio en 1882 destruyó el área residencial del señor del castillo.

Pero en la década de los treinta del siglo XX se pusieron en marcha una serie de proyectos de restauración durante los cuales todos los añadidos de los siglos XIX y XX fueron eliminados. Lo que se ha hecho es reforzar los cimientos con hormigón armado para prevenir el colapso de la estructura debido a la alta actividad sísmica de la región.
4- Gracias a la eficiente red de trenes de alta velocidad de Japón la visita a Himeji es extremadamente sencilla. Por ejemplo, desde Osaka el tren bala o Shinkansen nos deja en media hora y desde Hiroshima en poco más de una hora. Ambas ciudades constituyen paradas más habituales en la ruta turística por la isla de Honshu.

5- Es una visita muy apasionante para los amantes de la historia de Japón. El Castillo de Himeji tiene una larga y rica historia. Ya en el siglo XIV, en 1346, se levantó un primer castillo en el mismo sitio. Posteriormente, en el siglo XVI, el señor de la guerra Toyotomi Hideyoshi (1536-1598), quien gobernó casi la totalidad de Japón, levantó en 1580 una torre de tres plantas y el muro que sería la base del castillo posterior.

Pero sería finalmente Ikeda Terumasa quien a principios del periodo Edo (1603-1868) remodeló el castillo durante nueve años y le dio la forma actual con la reconocible torre principal o torre del homenaje de 32 metros de altura, a los que hay que sumar los 15 metros del muro de piedra.
6- Himeji-jo es el castillo más grande y el más visitado de todo Japón y ahora ofrece su mejor cara tras haber sido sometido durante cinco años a un minucioso trabajo de conservación que concluyó en 2015. Ese mismo año, casi tres millones de visitantes atestiguaron su grandeza.

La entrada al Castillo de Himeji cuesta 1.000 yenes (8,3 euros) y la entrada a los jardines de Koko-en 300 yenes (2,5 euros). Aunque la mejor opción si se tiene pensado visitar ambos lugares es comprar la entrada combinada que cuesta 1.040 yenes (8,7 euros).
7- Junto al Castillo de Himeji se encuentra Koko-en, donde hay nueve jardines diferentes por los que es una auténtica delicia pasear.

Los jardines se crearon en 1992 para conmemorar el centenario de la ciudad de Himeji. Están construidos sobre el terreno que una vez ocuparon la residencia del señor y las casas de los samurai. De hecho, se han reconstruido varias de estas casas del periodo Edo.
8- Podemos plantear la visita a Himeji como una excursión de un día o incluso mejor todavía podemos pasar una noche en la ciudad aprovechando los bajos precios del alojamiento, si los comparamos con otros destinos más populares como, por ejemplo, Kioto u Osaka. Además, si hacemos noche en Himeji tendremos la ocasión de disfrutar de la iluminación nocturna de Himeji-jo que le confiere una apariencia mágica e irreal.

8- Por último, si visitamos el Castillo de Himeji nos va a gustar tanto que no vamos a poder evitar la tentación de comérnoslo. Así lo hice yo y quedé encantado.