San Carlos de Bariloche, o simplemente Bariloche, es uno de los destinos vacacionales más demandados en Argentina y es la base perfecta para explorar todo lo que el Parque Nacional Nahuel Huapi tiene que ofrecer, que no es poco.
Los estudiantes argentinos a menudo eligen Bariloche para celebrar su graduación así que conviene saberlo a la hora de elegir la fecha para viajar si queremos huir de las multitudes. El entorno de la ciudad, a orillas del Lago Nahuel Huapi y rodeado de montañas, es espectacular.

El aeropuerto se encuentra a unos 15 kilómetros del centro de la ciudad y tenemos varias opciones para llegar. La más barata es el autobús, que cuesta 14,80 pesos (0,90 euros); la opción intermedia es un shuttle o vehículo compartido por 110 pesos (7 euros) por persona; y, por último, el taxi que tiene un costo de 250 pesos (16 euros).

Es una ciudad de reciente creación, fue fundada en 1902, y vive volcada al turismo y es a lo largo de la orilla del lago donde se encuentra la mayoría de alojamientos. Si no se dispone de vehículo propio lo mejor es alojarse en el entorno del Centro Cívico para estar a un corto paseo de los restaurantes y agencias de viaje.

La ciudad en sí tiene poco que ver pero al menos hay que pasear por el Centro Cívico y visitar la Catedral. El primero sería el equivalente a la plaza mayor donde no faltará el San Bernardo de turno por si queremos hacernos una foto con uno de estos perros nobles y bonachones. También los encontraremos en el punto panorámico del Circuito Chico.
La catedral es una mole de piedra con bonitas vidrieras que en un primer momento estaba planificada para ocupar un espacio en el Centro Cívico.

Bariloche es un destino ideal para los amantes de la naturaleza. En mi caso pasé tres noches, el primer día, llegué en torno a las tres de la tarde, lo dediqué a pasear sin prisas por el centro. Toda la vida de la ciudad –restaurantes, tiendas, chocoloterías, se articula principalmente alrededor de dos calles: Mitre y Moreno.
Hay restaurantes para todos los gustos y bolsillos como Friends, un sitio que me gustó por su ambiente distendido y sin pretensiones donde disfruté sus épicas hamburguesas en un entorno decorado con juguetes tradicionales colgando del techo.
Además, tenemos que entrar en alguna de las chocolaterías de la ciudad para darle una alegría al cuerpo. Si buscamos un tipo de chocolate en concreto aquí lo vamos a encontrar y si dudamos qué comprar podemos salir de dudas degustando las diferentes variedades.

El segundo día lo dediqué para visitar el Tronador. Es una excursión muy recomendable cuya duración es de unas 12 horas por lo que nos va a ocupar toda la jornada.
El coste de la excursión al Tronador puede variar pero ronda los 650 pesos (40 euros) a los que hay que sumar 150 pesos (9,5 euros) de la entrada al Parque Nacional Nahuel Huapi.
Llegamos hasta los pies del cerro Tronador, la montaña más alta de la provincia y que marca el límite con Chile. Otro punto fuerte es el Ventisquero Negro, una laguna glacial sobre la que cae el hielo mezclado con la roca volcánica, lo que hace que tenga ese color característico.

El recorrido atraviesa varios puntos panorámicos del parque Nacional Nahuel Huapi a lo largo del Lago Mascardi. Yo tuve la mala fortuna de tener un día nublado y lluvioso. No obstante, pertrechado con pantalones impermeables y chubasquero y varias capas para combatir el frío disfruté de la excursión a pesar de que solo pude intuir el Tronador porque en ese momento la lluvia que nos había acompañado durante todo el recorrido se había transformado en nieve.

Nos tocó una de las últimas nevadas de la primavera, si no la última, según nuestro guía “la nevada de los tontos”. Pero es innegable que la nieve y el paisaje blanco tienen un encanto especial y para los que no estamos acostumbrados a ver nevar siempre es un suceso excepcional que se recibe con emoción. Además, los copos de nieve nos dejaron algunas postales de ensueño.
La comida se hace en Pampa Linda, un valle de un verde esplendoroso protegido por paredes de roca.

La siguiente jornada el cielo se portó mejor y nos obsequió con un día excepcional lo cual fue de agradecer porque por la mañana era el turno del Circuito Chico y por la tarde tocaba la navegación por el lago hasta la Isla Victoria y el Parque Nacional de los Arrayanes.

El Circuito Chico es probablemente la excursión más popular de Bariloche y se puede realizar por libre. Se trata de un recorrido que se va deteniendo en varios puntos panorámicos. Sin embargo, es una buena idea contratar el tour para los que vayan más apurados de tiempo. También hay quien opta por hacerlo en bicicleta.

Uno de los puntos álgidos de la visita es el Cerro Campanario, desde donde se tienen las mejores vistas del Nahuel Huapi y las montañas circundantes.
Los 180 pesos (11,25 euros) que cuesta el Aerosilla al Campanario no están incluidos en el precio de la excursión, 325 pesos (19,5 euros) por lo que conviene tenerlo en cuenta para llevar efectivo.

Por la tarde era el turno de la navegación por el lago. Si se combina con Circuito Chico nos dejan directamente en Puerto Pañuelo donde podemos comer algo en la pequeña cafetería que tiene y después de pagar las tasas de embarque y la entrada al Parque Nacional se aborda el catamarán con el que haremos el recorrido.
El precio es de 920 pesos (55 euros) a los que hay que sumar 150 pesos (9,5 euros) de la entrada al Parque Nacional Nahuel Huapi y 50 pesos (3 euros) de las tasas de embarque.

La primera parada se hace en la Isla Victoria, la cual tiene numerosos ejemplares arbóreos foráneos. De hecho, cuenta con más de cien especies provenientes de todo el mundo.
No obstante, también hay un vívero con el que se está intentando repoblar la isla con las especies nativas: coihue, ciprés y ñire. El recorrido se puede hacer por libre o en grupo acompañado por un guía del Parque Nacional.

Al término del paseo se aborda nuevamente el barco en dirección al Bosque de Arrayanes. Aquí recorremos un particular bosque poblado por estos árboles de característico color canela por un sendero de madera habilitado para facilitar el paseo sin dañar estos ejemplares, cuya edad supera en algunos casos los 600 años.

[…] ciudad porteña ha sido la primera y la última etapa de un recorrido que me ha llevado a Bariloche, Chiloé, Pucón, Santiago, Valparaíso, San Pedro de Atacama y Colonia del […]
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